El Consejo General de Trabajo Social publica un libro sobre la trascendencia de Concepción Arenal

La obra se enmarca dentro la colección coeditada por el Consejo General de Trabajo Social y Ediciones Paraninfo.

En él, se defiende la carrera y el trabajo pionero en el campo social de la primera trabajadora social de la historia de España.

                 
El libro gira en torno a la figura de Concepción Arenal y su relevancia para el Trabajo Social, ya que es considerada la primera trabajadora social de nuestro país.

Francisco Idareta Goldaracena, autor de la obra y profesor del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la Universidad Pública de Navarra, reivindica en su libro "Concepción Arenal: reformadora social y moral desde la compasión" la figura de esta mujer como la primera trabajadora social de la historia del Trabajo Social en España. El legado de Arenal se encuentra ligado a las primeras promociones de trabajadoras sociales españolas, que, a falta de herramientas técnicas y metodológicas básicas, se caracterizaron por una fuerte orientación ética y reformista.

Al inicio de su andadura, Arenal se inspira en las propuestas de intervención social de San Vicente de Paúl, pero consigue ir más allá gracias, en parte, a una red nacional e internacional de amigas y amigos “de inteligencia y de corazón” que le permitió sintonizar con el “sentimiento de humanidad” universal que tantos desvelos le originase.

Concepción Arenal está a la altura de figuras como Mary Ellen Richmond y Jane Addams por haber realizado una contribución mucho más avanzada que sus contemporáneas, las Organizaciones Sociales de Caridad, e, incluso, que las propias fundadoras del Trabajo Social casi medio siglo antes que ellas.

Arenal defendió una cosmovisión liberal reformista-organicista en la que situaba su particular ética de la compasión como pilar fundamental de la intervención social, con un planteamiento de reforma social vertebrado por la idea de progreso científico (ensayo y eliminación del error) y de perfeccionamiento moral de cada ciudadano. Por todo ello, la obra reclama un espacio para Arenal en el Olimpo del Trabajo Social a nivel mundial como miembro de pleno derecho.