El Trabajo Social está cada vez más presente en el campo de las grandes catástrofes

En las Jornadas «Herramientas de apoyo psicosocial en grandes catástrofes», organizadas por la Unidad Militar de Emergencias en colaboración con el Consejo general del Trabajo Social; durante dos sesiones se reunieron profesionales de diferentes sectores, un día en el que tuvimos la oportunidad de reflexionar conjuntamente, aunar conocimientos, capacidades, y compartir las herramientas y medios pertinentes en el abordaje de las emergencias.

El Trabajo Social está cada vez más presente en el campo de las grandes catástrofes, no sólo en cuanto a la praxis, en el que destaca el Cuerpo de Voluntarios de COTS Madrid y otros Colegios Profesionales, sino en la generación del corpus teórico que la especificidad del área requiere. Destaca la inclusión de la figura de la trabajadora social en varias de las ponencias: Dña. Emiliana Vicente González, Presidenta del Consejo General del Trabajo Social; Dña. Monsterrat Mas, docente experta en emergencias, D. José María Morán Carrillo, Profesor del Departamento de Trabajo Social de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla); Dña. Isabel María Martínez Salvador, Alférez RV. Profesora del Departamento de Trabajo Social en la Universidad de Almería.

En el desarrollo de estas jornadas se abordó la intervención en grandes emergencias desde diferentes disciplinas (trabajo social, psicología, ámbito jurídico), partiendo de la base de la necesidad de implementar un enfoque multinivel y multidisciplinar en todas las actuaciones en todas las fases de la emergencia, tanto en la articulación de planes preventivos, como en la intervención propia llevada a cabo durante la emergencia, así como la continuidad de medidas de apoyo a la población afectada para el restablecimiento efectivo de sus condiciones de vida después de resolverse la emergencia inmediata.

Las grandes catástrofes están sucediendo cada vez con mayor frecuencia. Estamos ante desafíos donde lo pisocosocial es fundamental, no sólo para mitigar los efectos inmediatos de la emergencia, sino para evitar escenarios de vulnerabilidad mayores. La intervención en la emergencia exige atender a factores individuales (edad, género, discapacidad), contextuales y transculturales. De igual modo, se hace imprescindible considerar la desigualdad previa presente en los diferentes escenarios en los que se produce una situación de emergencia, que repercute de forma marcada en su evolución. No todas las personas implicadas en una emergencia tienen los mismos recursos para afrontarla: la especial vulnerabilidad de las personas puede repercutir en la propia emergencia, precipitando el afloramiento de estados de precariedad previa.


Dentro del marco general de acción en grandes catástrofes, pudimos profundizar en el enfoque Cluster, adoptado por organizaciones que intervienen en crisis humanitarias para establecer planes operativos entre diferentes entidades y agencias internacionales.
Se resaltó la importancia de establecer protocolos de actuación concretos para ofrecer una respuesta rápida, planificada y acorde ante las emergencias, siendo imprescindible estar preparadas para lo que ocurre en estos momentos y lo que está por venir.
De igual modo, se destacó la necesidad dotar a los/las profesionales de herramientas para identificar y manejar situaciones de emergencia y vulnerabilidad, por el elevado impacto emocional que generan. El campo de la emergencia requiere un entrenamiento y formación específica, subrayando Emiliana Vicente, Presidenta del General de Trabajo Social, las dos décadas que se lleva ofreciendo capacitación a las trabajadoras sociales en el ámbito de la emergencia desde los órganos de representación de la profesión. Con una enorme puesta en valor del papel del Trabajo Social en el marco de actuación de la emergencia, resaltó el papel de las trabajadoras sociales en la intervención social en estas situaciones, por el “enfoque proactivo empleado orientado a la prevención y rehabilitación”, la “versatilidad y amplitud en el conocimiento de recursos”, la “atención integral” que brinda y la “capilaridad de la profesión, presente en la totalidad de la red de centros”. El “perfil profesional del Trabajo Social está especialmente diseñado para la intervención en la emergencia” en todo su ciclo de vida, resultando un “eslabón fundamental en la cadena de triaje”.

Así mismo, otras voces del Trabajo Social participantes como en las Jornadas en calidad de ponentes destacaron el papel de las trabajadoras sociales en la detección de situaciones de especial vulnerabilidad, la distribución operativa de recursos, la creación de vínculos y la labor de continuidad mediante el acompañamiento hasta la mejora real de la situación y la reparación del daño social.