Ana Zapardiel: “La primera responsabilidad del Trabajo Social en el ámbito de la pobreza infantil es prevenir”

En el marco del Día Internacional para la erradicación de la pobreza infantil, que se celebra el 17 de octubre, desde el Colegio Oficial de Trabajo Social de Madrid (COTS Madrid) hacemos visible esta problemática de la mano de Ana Zapardiel, trabajadora social en el Ayuntamiento de Madrid.

La pobreza infantil sigue siendo una realidad alarmante en nuestra sociedad. Así lo reflejan numerosos informes de organizaciones como UNICEF, Save the Children y la Red Española de Asociaciones contra la Pobreza Infantil. Esta última, en su informe de finales de 2023, presentó datos contundentes: un millón y medio de menores de 18 años viven en situación de pobreza severa, mientras que otros dos millones y medio están en riesgo de caer en esta condición. Estos números evidencian que la pobreza infantil no solo existe, sino que afecta gravemente a un sector de la población particularmente vulnerable.

En el marco del Día Internacional para la erradicación de la pobreza infantil, que se celebra el 17 de octubre, desde el Colegio Oficial de Trabajo Social de Madrid (COTS Madrid) hacemos visible esta problemática de la mano de Ana Zapardiel, trabajadora social en el Ayuntamiento de Madrid. En esta entrevista, la experta explora las causas de la pobreza infantil y subraya que el desafío de erradicarla “es enorme”. Sin embargo, insiste en que el Trabajo Social es una herramienta indispensable para garantizar que ningún niño se quede atrás.

“La primera responsabilidad que tenemos las trabajadoras sociales es prevenir estas situaciones antes de que se agraven”, indica Zapardiel. Y añade que esta labor pasa por identificar a familias en riesgo y proporcionar el apoyo necesario. “Cuando la pobreza infantil ya está presente, el trabajo de acompañamiento se vuelve esencial para revertir la situación. Los trabajadores sociales facilitan el acceso a recursos y estrategias que permiten a las familias lograr la autonomía económica y salir del ciclo de la pobreza”, explica.

Para la experta, el éxito de las intervenciones sociales se mide, principalmente, en función de la autonomía que las familias logran tras el acompañamiento. “Un indicador clave es que estas dejen de depender de las prestaciones económicas públicas, habiendo alcanzado un nivel de autosuficiencia en términos de formación e integración laboral. Solo entonces se puede considerar que una intervención ha tenido un impacto positivo y duradero”, concluye.