David Ávila Duez: “Sólo el 4% de los abusos y maltratos a los mayores afloran en forma de denuncia”
El abuso y maltrato en la vejez se manifiesta de diversas formas: desde el abuso físico, emocional y psicológico, hasta el abandono, la negligencia y el abuso financiero. Estas situaciones no solo vulneran los derechos humanos básicos de las personas mayores, sino que también impactan negativamente en su salud física y mental, su dignidad y su calidad de vida,
“La forma tradicional de clasificar los maltratos a las personas mayores ha contemplado el maltrato físico, psicológico, violencia sexual, maltrato económico, dejación de cuidados… Sin embargo, existe todo un abanico de maltratos que están relacionados sobre todo con la vulneración de derechos, especialmente con la dificultad para ejercer el derecho a la autonomía y el control sobre la propia vida”, apunta David Ávila Duez, coordinador y consultor del proyecto “foquus” de formación y consultoría en el enfoque ACP.
En el marco del Día Mundial de la Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, celebrado cada 15 de junio, este experto ha realizado un vídeo para el Colegio Oficial de Trabajo Social de Madrid (COTS Madrid) en el que pone en valor el papel de las trabajadoras sociales como agentes de cambio y defensoras de los derechos humanos, y como profesionales fundamentales en la identificación, prevención y respuesta a estos abusos. Y es que, desde el COTS Madrid consideramos que esta conmemoración es una oportunidad para reflexionar sobre una problemática que, aunque a menudo silenciada, afecta a millones de personas en todo el mundo, y para reafirmar nuestro compromiso con la protección y el bienestar de una de las poblaciones más vulnerables de nuestra sociedad.
Según David Ávila, una de las principales tareas del trabajo social en este contexto es la educación y sensibilización. Informar a la comunidad sobre la existencia y las formas del maltrato hacia las personas mayores es esencial para desmitificar y visibilizar un problema que a menudo se oculta tras las puertas cerradas. Las campañas de sensibilización y los programas educativos pueden empoderar a las personas mayores y a sus familias, proporcionándoles las herramientas necesarias para reconocer y denunciar el abuso.
La prevención es otro pilar fundamental. Las trabajadoras sociales desarrollan y promueven programas de prevención que abordan las causas subyacentes del maltrato, como la falta de apoyo social, la pobreza, y las barreras culturales que perpetúan la discriminación y el aislamiento de las personas mayores. Estos programas buscan fortalecer las redes de apoyo, fomentar la inclusión social y económica de las personas mayores, y promover políticas públicas que garanticen su protección y bienestar. “Lo que realmente va a producir cambios profundos es todo el trabajo que tiene que ver con lo preventivo porque realmente produce modificaciones sociales a largo plazo”, concluye David.